No puede borrarle el movimiento al cuerpo
Ni ponerle horizontes geográficos.
La mímica que hace alegre
Se parece a un barco con sus brincos en el agua.
En los ojos la belleza
De azules móviles y vivaces
Borran toda apariencia quieta.
Lo elemental cobra sentido
Y el niño no deja de pestañear
A la solemnidad de una curiosidad nueva
Superando figuras anteriores.
Dignísimo, eminente, ilimitado
Entre su figura y sus actos
Decide borrarle
la mueca estancada a las latitudes
Y esa furia desconfiada al horizonte
Sin borrarle el movimiento al cuerpo
En esa mímica alegre que hace.