1 -Suspiros haciendo quemas en los callejones del oído.
-Saliendo, en la esquina, el lugar donde nacen las cosquillas.
-Por la mano derecha, la carótida rebosante de sangre que apaga el cosquilleo y ve nacer un placer que titila mandando centellas que avivan cualquier fuego ya preexistente.
2 – Hoy, ví dos gemas ardientes resplanceder. Resulta que era el sol, multiplicándose en el reflejo de una ventana reluciente y me sentí bien. Pensé que sería una antípoda perfecta para una noche de luna furtiva.
3 – Más afuera, ví a un perro llevar de su collar a su dueño. En una coreografía graciosa y apurada; un canto mudo de zapateos y jadeos. A simple vista parecía más feliz el perro que su dueño.
4 – Me conecté con la mirada tan perdida en las anchas de ese río, creando un puente de espejos y espejismos; que me anularon hasta mí regreso.