Quiero agradecerte por guiarme
aunque no siempre siga los consejos.
Quiero agradecerte por el modo
de acercarte sin ahogarme.
Quiero agradecerte por ocupar
un tiempo necesario
en espacios respetuosos
y por lo claro y lo certero.
Quiero agradecerte porque en sueños
recordas esos mensajes.
Quiero agradecerte
por censurar por un tiempo a Schopenhauer
Y abrazar a Whitman.
Gracias por esto.
Pero más que nada.
Quiero agradecerte
por apagarte justo a tiempo.
Para oír lo que el día
necesita que yo aprenda.
Porque a veces el corazón te gana.
Y ese «a veces»
ahora es casi siempre.
