Vi lo verde de sus ojos
y me asustó ver tanta pradera junta.
Dos animales salvajes
merodeaban
sus lunas negras.
Hice dos tiempos, ambos hacía abajo
y junando mis cordones
imaginaba procesiones
imaginaba ya los despojos.
¿Y qué sí tropiezo nuevamante
orbitando fuera de toda religión? .
Quizás me anime a arar esos campos.
Y domésticar esas bestias
sobre esas lunas negras
bajo esos cielos pintorescos
por las hojas de palmas curvas.
En un nuevo pantallazo y de regreso
Era un ateo adorando aquélla ermita.