Con los ojos llenos de mañana
cuando un paso se conecta
con una órbita nueva
es abrir la puerta y verlo gestarse.
Si se agita, no se agota y resplandece
como flor nacida al abrirse
con el perfume
de un idioma desconocido
que estamos dispuestos a aprender
iluminada por el serpenteante fuego
de una luna nueva en Júpiter.